Habitualmente, la renta fija tiene una volatilidad más baja que la renta variable, y las tasas de interés se mueven más pausadamente que los precios de las acciones. Para la mayoría de los escenarios en la historia esto es válido, pero en las últimas semanas (y meses) hemos presenciado variaciones muy relevantes, gatilladas en parte a inflaciones muy por encima de las metas de los bancos centrales; necesidad de elevar las tasas de política monetaria a zonas bastante restrictivas para controlar dichos brotes de precios; y la velocidad a la cual este objetivo se va consiguiendo. Lo anterior, trae consigo determinadas expectativas, respecto de cuándo entraremos a un nuevo ciclo y nos dirigiremos primero hacia un terreno más neutral y luego a un hipotético escenario más expansivo.
Así como es poco habitual tener que lidiar en el caso de Estados Unidos con una inflación de casi dos dígitos, también lo es que esta logre ser paulatinamente controlada, sin con ello generar una desaceleración brusca – y posible recesión – producto de lo restrictiva que debe ser la política monetaria de la Fed para enfriar la economía y con ello controlar la inflación. Es poco habitual, sin embargo, este escenario de “soft landing” que es justamente el que estamos viviendo.
Vivimos momentos excepcionales en ese sentido, sin embargo, tarde o temprano todo tiende a volver a su cauce. Parte de estos eventos excepcionales se han dejado sentir en los activos financieros, uno de los cuales ha sido sin duda el caso de los depósitos a plazo en nuestro país. Al analizar una serie larga de los retornos que tienen este tipo de instrumentos, se observa que, en el plazo de 10 años, que va entre 2014 y 2023, los depósitos a plazo en pesos han rentado un 4,2% anual en promedio utilizando observaciones mensuales. De este modo, los retornos de dos dígitos, observados entre agosto de 2022 y junio de 2023, son absolutamente anormales, y están muy lejos de constituir la norma. Como decíamos, todo vuelve a su cauce, y al mayor control de la inflación le sucedieron recortes de tasas en Chile, restándole atractivo a los depósitos a plazo, los cuales en marzo de este año ya rentaban algo más de un 6%, aún por encima del promedio de los últimos 10 años, pero bastante por debajo de lo que veíamos meses atrás. Los depósitos a plazo tienen una correlación bastante fuerte con la tasa de política monetaria, de modo que a medida que se sigan produciendo recortes en las tasas de interés, las tasas que ofrezcan los depósitos a plazo solo tienen una dirección posible, y esta es hacia abajo.
¿La dilatación de las expectativas en el inicio del proceso de recorte de tasas en Estados Unidos y la proyección de recortes menos abultados en el caso de Chile ponen en tela de juicio la convergencia de las tasas hacia zonas más normales? De acuerdo con nuestras expectativas la respuesta sigue siendo que no. Las tasas de interés seguirán cediendo, solo que a una velocidad más baja que lo que se tenía en mente hacia unas semanas atrás. Entonces, si el escenario base respecto de las tasas de interés es que estas sigan a la baja, ¿tiene esto alguna repercusión en las inversiones? Pensando en esto, es que nos parece que quienes aún están invertidos en depósitos a plazo debieran tener en mente, el cómo ir transitando, paulatinamente, pero de manera decidida, hacia instrumentos que les permitan mantener un nivel de retorno interesante ante la pérdida de atractivo que tendrán estos instrumentos. El paso más evidente para esto parecieran ser los instrumentos de renta fija de menor duración, los cuales, si bien tienen un mayor riesgo que un depósito a plazo o un fondo money market, este es relativamente bajo y ofrecen un retorno atractivo tanto por el devengo de intereses que se puede obtener, como gracias a una potencial valorización gracias a que las tasas continúen su camino a la baja.
¿Tendrá sentido a nivel estratégico y para el escenario proyectado de inversiones que viene para los próximos meses emigrar hacia renta fija de corta duración o es solo para compensar a pérdida de atractivo de los depósitos a plazo? De acuerdo con nuestro escenario base, la respuesta a ambas situaciones es positiva. La caída esperada de las tasas de interés afectaría favorablemente a los instrumentos de renta fija, sobre todo en la parte más corta de la curva, que está vinculada a la tasa de política monetaria del Banco Central. A nivel de selectividad, nos parece que podría haber una oportunidad también en instrumentos denominados en unidades de fomento (UF), toda vez que podrían existir ciertas pequeñas presiones inflacionarias alimentadas, entre otras cosas, por los productos importados, debido al tipo de cambio que transa en una zona bastante alta. Esta mayor inflación, reconocida también por el Banco Central de Chile en el último Informe de Política Monetaria publicado a inicios del mes de abril, no es suficiente como para alterar el escenario de una convergencia paulatina de la inflación hacia su rango meta, si no que solamente disminuye su velocidad, como así también, ralentiza en algo la ruta de la tasa de política monetaria hacia su zona neutral como dijéramos unas líneas más atrás.
La invitación es a emprender este camino emigrando hacia instrumentos con una relación riesgo–retorno más atractiva, sobre todo teniendo en mente que el beneficio a obtener por una inversión en depósitos a plazo irá decayendo. Para lo anterior, como siempre, es relevante respetar el principal rayado de cancha que tiene todo inversionista, y que es tanto su perfil de riesgo como su objetivo de inversión, para lo cual la asesoría de profesionales en el tema es altamente recomendable.